L'Aragonés, la lengua Aragonesa





Como reza el audio del video promocional de “l’aragonés” que puede verse pinchando aquí: “el aragonés hijo del latín y hermano del gallego, el asturiano, el catalán, el francés o el italiano,”... Por supuesto el castellano no se menciona no vaya a ser que se pueda establecer una relación más afectiva y profunda que la comercial o de invasión por parte de los vecinos.

Da la impresión, escuchando este tipo de propagandas, de que en Aragón, como en Cataluña, en el País Vasco, en Galicia, Asturias, etc., uno de los temas más importantes que hay que acometer es el de la lengua, que no sea el castellano a toda costa, desterrar lo antes posible esta lengua que identifica a España en el mundo entero, que ha cohesionado los diferentes pueblos que formamos parte de esta Patria que quieren demembrar, destruir, “que no la conozca ni la madre que la parió”, como vaticinó un famoso político de las primeras democráticas hornadas. Tan es así que nos preguntamos qué estrategia estará diseñando la Revolución para evitar que Castilla se pueda identificar con España; con el legado histórico, religioso y moral de esta.

No estamos, en absoluto, en contra de las lenguas vernáculas, antes bien, al contrario somos muy partidarios de procurar su continuidad en sus ámbitos naturales, es algo nuestro, de España, tanto el aragonés como el catalán, como el gallego, etc. De lo que no somos partidarios es de la utilización política de las lenguas para dividir, despegar lo que estaba unido por lazos más profundos que una lengua.

Ya basta de reivindicar ancestros lingüísticos para la implantación autonómica pues si a ello vamos quizás habría que reivindicar el uso del latín como  la lengua que realmente se utilizó institucionalmente en este como en todos los Reynos de las Españas.

Ya ves, en estas cosas se gastan el dinero y hacia aquí van las perspectivas laborales, como se va aplicando en los territorios dominados por el odio irracional a la Patria en los que prima el conocimiento de una lengua que, en muchos casos, no va a servir para nada al de los estudios propios al puesto al que se pretende acceder. Al final no les va a quedar más remedio a los españoles de cualquiera de las Regiones de nuestra Patria que dedicarse a estudiar en profundidad estas lenguas y someramente alguna otra titulación para opositar o poder ser contratado en alguna parte del “Estado”.

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