De cómo la Cía y otros lobbies, orquestaron la partitocracia en la transición (2): la UCD, el falso centro-derecha



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2 - De cómo la Cía y otros lobbies, orquestaron la partitocracia en la transición: la UCD, el falso centro-derecha





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      Respecto a la financiación de la UCD el caso no fue mucho más honesto que la del PSOE antes descrita. Torcuato Fernández Miranda ya había pactado con Estados Unidos y Alemania la necesidad de un “partido gubernamental” que diera estabilidad al proceso de transición. Si bien el PSOE era el instrumento para disimular un bipartidismo y un mecanismo de domesticación de la izquierda radical, el poder real debía estar en manos del timonel de la transición. En la formación de la UCD serían indispensables no sólo Don Torcuato sino el propio Don Juan Carlos que serviría para amalgamar a las diferentes corrientes dentro del “búnker” franquista y el conservadurismo sociológicamente franquista dispuesto a dar el paso, pero conservando parte del poder. Empezaron a sucederse reuniones para que el aparato financiero español asumiera y financiara el proyecto del primer partido democrático de España: En casa de Ignacio Torta se reunían financieros como Pablo Garnica, Emilio Botín, Jaime Carvajal,  Carlos March, etcétera.
Pero los dineros que sirvieron para montar la UCD provenía de otros lugares más recónditos, como los fondos reservados del Estado. Así, en parte, lo reconocía el general y ex director general de la Guardia Civil José Antonio Sáenz de Santamaría en el juicio de los fondos reservados. Según afirmaba, durante la etapa de Gobierno de UCD, se utilizaron fondos reservados para pagar actos electorales de este partido en Vascongadas. La UCD, en manos de financiadores ajenos, debía mantener el pacto de la moderación y no expresar actitudes radicales (como podría hacer la AP de Fraga).

Torcuato Fernández Miranda ya había pactado con Estados Unidos y Alemania la necesidad de un “partido gubernamental” que diera estabilidad al proceso de transición.

DchaS1aXcAMXMsBDon Juan Carlos utilizó todos sus contactos en los países árabes, especialmente Arabia Saudita, para recaudar fondos par la UCD. Al Sha de Persia le llegaba el 22 de junio de 1977 una carta de Don Juan Carlos pidiéndole 10 millones de dólares para financiar la UCD. Igualmente se recurrió a la monarquía saudí (enfrentada atávicamente al Baas iraquí). La cual aportó unos 100 millones de dólares en préstamos sin intereses. Así sí que podían fundar unos partidos y condenaban a la inmensa mayoría de pequeñas formaciones ir a la derrota segura en las primeras elecciones.
Tras alcanzar ya democráticamente el poder la UCD, con Suárez a la cabeza, se desarrollaron mecanismos de financiación propios pero corruptos. Pongamos varios ejemplos. La paralización de la central nuclear de Lemoniz, por obra y gracia  de las presiones de ETA puso en peligro económico a las eléctricas españolas. El Gobierno de Suárez resarció a las empresas eléctricas que habían invertido en Lemóniz. Como agradecimiento, las arcas de la UCD se llenaron con las aportaciones de las eléctricas agraciadas. A partir de entonces la práctica se institucionalizó. Todos los años, el sector eléctrico acudía al Ministerio de Industria a negociar la subida del canon energético.

Don Juan Carlos utilizó todos sus contactos en los países árabes, especialmente Arabia Saudita, para recaudar fondos par la UCD. Al Sha de Persia le llegaba el 22 de junio de 1977 una carta de Don Juan Carlos pidiéndole 10 millones de dólares para financiar la UCD.

uploaded_dbbcded8250542312f00d3db85df44fd739bfe5a1_suarez.jpgLuego los políticos redondeaban unos céntimos precio del kilovatio acordado y una parte de esa diferencia iba a la UCD. Hoy estas prácticas ya están más que asumidas como parte del juego democrático. Igualmente ocurría con las negociaciones anuales de los coeficientes bancarios (el dinero que las entidades financieras estaban obligadas a depositar en el Banco de España). estaban representados por un porcentaje de los depósitos de los clientes de cada banco. Tras la negociación técnica venía la política.
Reuniones en el despacho del vicepresidente económico del Gobierno donde se rebajaban las cifras al mínimo posible, favor que la banca recompensaba convenientemente. Una tercera fórmula utilizada por la UCD para obtener dinero era la vendiendo excedentes agrícolas españoles que dependían del Fondo de Ordenación y Regulación de los Precios y Productos Agrarios (FORPA), dependiente del Ministerio de Agricultura. España no pertenecía aún a la Comunidad Económica Europea por ello, para la venta de los excedentes y se constituyó la sociedad Internum. Esta sociedad cobraba significativas comisiones que también engrosaban las cuentas de la UCD.

Las comisiones establecidas en las compras de crudo que adquiría España a través de la empresa Hispanoil permitían blanquear el dinero que llegaba a la UCD.

La financiación árabe se siguió produciendo. Determinados países árabes proporcionaban ayuda a cambio de que Suárez no reconociera al estado de Israel y permitiera a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) abrir una oficina de representación con status diplomático en España. Las comisiones establecidas en las compras de crudo que adquiría España a través de la empresa Hispanoil permitían blanquear el dinero que llegaba a la UCD. Tras el fracaso de la UCD, quedó un agujero negro económico que se disimuló como pérdidas en una de las crisis bancarias posteriores y fueron amortizadas por el Fondo de Garantía de Depósitos.
Javier Barraycoa

(en Doble Abdicación)

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