En el despacho del Psiquiatra. Ahí se van a negociar los presupuestos generales del estado. No se quejen podía haber sido peor, en una de esas románticas habitaciones para los vis a vis que les ponen a los presos, aunque quizá más a tono con el ánimo mimoso de los reunidos. No valía con que los presupuestos sean una fantasía digna de Tolkien con partidas de ingresos sobrevaloradas y partidas que incrementarán sustancialmente el déficit estructural (la deuda que vamos a dejar a nuestros hijos será de traca) había que hacerlo en la cárcel. Si esto no es delirante y surrealista ya me dirán. Un neocomunista y un sepratista neocomunista, dos liberales (de izquierdas en este caso) de tomo y lomo vayan haciendo lo que mejor saben, expropiar riqueza ajena y destruir España. Al final será que el despacho de un psiquiatra es un acierto para este esperpento que sufrimos.
S. Benito
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