ZARAGOZA MASÓNICA, UN AVISO A CAMINANTES



El proyecto masónico puede quintaesenciarse en tres vertientes convergentes en un común objetivo: 1) la consolidación de un panteísmo de Estado que vehicule los programas políticos, en apariencia diversos, mas en lo esencial masónicos (del arco que va de un liberalismo de bidé a un socialismo de expolio); 2) el viraje meta-mental hacia las nuevas formas de comprensión humana, emancipadas de la tradición y por ende sometidas al eje de gravedad sincrético-hermético emanado de dicho panteísmo previo; y 3) la visibilización (subrayada hasta la rebaba) de sus presupuestos iconográficos en un catálogo sofocantemente monótono de obsesiones y monomanías presuntamente rituales. Sobre este tercer aspecto me centraré hoy, a tenor al menos de los motivos recurrentes (y omisiones implícitas) devenidos lugares comunes de la fisonomía urbana de Zaragoza, ciudad en vías de disolución, al tiempo que aquejada de indicios manifiestos de "cambio de rumbo" hacia el modelo de "aldea global" dominante a pequeña escala.

Es evidente que el grueso de los zaragozanos de a pie, esa masa alienada en el capitalismo represor y la religión humanitaria-progresista (y por ende sumida en la vorágine absurda de toda vida desarraigada), ignora por doquier cualesquiera lectura masónica en su devenir diario. ¿Conocen acaso los vecinos de la iluminista Plaza de Europa las connotaciones perturbadoras de tamaño engendro enclavado en mitad de dicho espacio de transición? Alguno que otro, sin duda... Mas una mayoría considerable ignorará (bien por dejadez, bien por ignorancia) el mensaje pornográficamente explícito de dicho conjunto. Nosotros, por nuestra parte, ahorraremos al interesado la explicación de dicha lectura, por consabida.

Más preocupante, acaso, resulta la progresiva "masonización" de la urbe en los planos cultural y espiritual. La mera "orografía espiritual" de la ciudad debería aparecer mediatizada por los picos más prominentes de la misma (hasta hace unas décadas, las torres y campanarios destinadas/os al católico culto). La progresiva aparición de nuevos hitos (torres de comunicación, antenas, pequeños rascacielos, etc.) ha truncado esta perspectiva, anticipando signos de disociación manifiestos. Si Zaragoza es Zaragoza, no lo olvidemos, no es tanto por unas infraestructuras históricas dadas como por un sustrato intrahistórico sustentado sobre el poso de la tradición secular espiritual inherente a la misma: Zaragoza es Zaragoza por Santiago, y por el Pilar, y por la Santísima Virgen que en él se posó. La masonería iluminista, en su afán demoledor/pervertidor, bien sabe que Zaragoza es un lugar sumamente atractivo para sus fines, por todo cuanto significa a nivel espiritual y metafísico. Si bien en lo externo todavía no se ha manifestado un templo masónico a la vieja manera, los hitos masónicos inundan en progresión ascendente una ciudad escindida en dos partes: la católica (nuclear-periférica) y la masónica (periférica-nuclear). Esta realidad subrayada se perfila en toda su pompa en la progresiva implantación de un callejero masónico no por absurdo menos indicativo de sus intenciones totalitarias. 

Hace unos días, en fin, el inevitable Gran Oriente de Aragón anunciaba en su sitio web esta noticia:

La Gran Logia de Aragón firma un acuerdo con el Supremo Consejo del Grado 33 para abrir una nueva Logia en Zaragoza (19/09/2018)


Representantes de la obediencia masónica más importante de Aragón, la Gran Logia de Aragón – Gran Oriente de Aragón, acaban de firmar un Tratado de Amistad y Mutuo Reconocimiento en Barcelona con representantes de la Comisión Permanente del Supremo Consejo Masónico de España, con el objetivo de reactivar la Sublime Logia Capitul Fraternidad Europea nº4, en la que los maestros aragoneses puedan desarrollar los grados filosóficos (4º al 33º) dentro de la organización.

Es evidente que están ocurriendo movimientos apenas ya ocultados al grueso de la población zaragozana para implantar una masonería activa y respetable en una urbe histórica (por esencia pilarista) sumida en el confusionismo globalista de los nuevos tiempos. En nuestra mano está impedir que las iglesias se sigan vaciando y las logias llenando; signo de los tiempos, al fin y al cabo.

José Antonio Bielsa Arbiol

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