El innombrable jamón de Trevélez



Que los musulmanes no comen cerdo ni ninguno de sus productos ya lo sabemos desde críos que decíamos, simulando acento árabe, aquello de: "Hamá hamé hamón", respondiendo, esta vez con acento andaluz, "ni jamá lo jamará tontón", y no me parece mal que se respete ese precepto, por ejemplo en los comedores de los colegios, siempre que se respete ¡claro! el de los viernes de Cuaresma para los católicos.

Pero una cosa es comer y otra oír hablar de jamón. Al parecer un musulmán no puede oír la palabra jamón, no sabemos si a costa de perder alguna de las huríes prometidas en el Paraíso musulmán o algún muchachuelo de eterna juventud, pues la familia de un alumno del Instituto Menéndez Tolosa de La Línea de la Concepción ha denunciado al profesor por poner como ejemplo el frío de la localidad granadina de Trevélez como cualidad favorecedora para la curación de los jamones que allí se elaboran, como en toda la región.

En el programa de Onda Cero, Herrera en la Onda, el Ministro Ramón Jáuregui ha declarado que "esta denuncia no puede prosperar". Esperemos que así sea Sr. Ministro. Desde luego ustedes, desde su Gobierno, no ponen "excesivamente claras" las bases para que esto sea así, de momento no tendría ni que haberse tramitado la denuncia pues el niño en cuestión como su familia están en un país, que les ha acogido con generosidad (excesiva, según cómo se mire), en el que se come y se aprecia el jamón, cuanto más bueno mejor y si puede ser acompañado de un buen vino, ¿que tampoco pueden ni oír mentar? ¡Pobres!

De todas maneras siempre estamos esperando la contraprestación, esto es, que en un país árabe a un niño católico, por ejemplo, en el comedor le respeten los viernes de Cuaresma (ni que decir de la posibilidad de practicar el Culto), aunque hay que decir que también estaría bien que eso se hiciese en los países de tradición cristiana, España sin ir más lejos.

Fermín Úriz

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