“La grandeza no está solo en el número de guerras
vencidas
sino también en los logros sociales, científicos,
humanistas, etc”
José
Antonio Álvaro Garrido,
popularmente
conocido como León
Arsenal,
es un escritor español polifacético, que ha cultivado un buen
número de géneros literarios (narrativa, histórico, el ensayo, el
fantástico o el thriller…) Compagina su faceta de escritor con la
de traductor siendo director de varias revistas literarias, entre
ellas la revista Galaxia,
que obtuvo el premio a la mejor publicación de literatura fantástica
en el año 2003.
En
esta ocasión nos ocupamos de un libro histórico “Enemigos
del Imperio”,
en donde analiza el período conocido coloquialmente como del Imperio
español, que duró cuatro siglos, a través de algunos de sus
enemigos más significativos, tanto externos como internos. Pretende
abandonar el fatalismo, el determinismo de algunas formas de narrar
la historia. Nos acerca a la historia, de manera realista y
analizando la complejidad de sus hechos y sus causas concretas.
Reflexiona
en esta entrevista sobre algunos de los principales aspectos de su
libro.
¿Por
qué un libro sobre el período de la Monarquía Hispánica?
Porque
lo que podríamos definir como «estado» español o más bien el
régimen político que fue evolucionando, por etapas, hasta llegar a
la nación política española actual nació con la fusión de
Castilla y Aragón, vía matrimonio entre Isabel y Fernando y, en
seguida, gracias al descubrimiento de América, se convirtió en la
Monarquía Universal Hispánica, lo que muchos conocen coloquialmente
como Imperio. Los restos de eso quedaron liquidados en la Guerra del
98. Esos 4 siglos son los de las grandes conflagraciones
internacionales contra toda clase de enemigos. Es por eso que elegí
ese periodo para abordar el cómo y el por qué de algunos conflictos
no tan conocidos o incluso desconocidos por el público general.
Cuando
no se ponía el sol en nuestro Imperio, ¿viene bien recordar lo
grandes que fuimos?
Cuando
digo que la historia no existe, que lo que existe es el pasado y la
historia es la interpretación que hacemos de dicho pasado, y que por
eso la historia cambia según la óptica del observador y los tópicos
de cada época, no estoy lanzando ninguna boutade. Ocurre. Respecto
al Imperio, cada cual puede quedarse con la interpretación que más
le convenga, sea el de las grandes glorias militares o las tremendas
oportunidades perdidas por culpa de malos gobiernos, codicias y
fanatismos. De todo eso hubo y cada uno antepone lo que más le llama
la atención. Hay muchas interpretaciones y lo único que no debe
permitirse es el falseamiento de los hechos probados.
¿Por
qué la visión de esta Monarquía a través de los ojos de los
enemigos?
Lo
que en Enemigos del Imperio se pretende es abandonar el fatalismo, el
determinismo de algunas formas de narrar la historia. Los conflictos
se producen por una suma de causas concretas. A veces, leyendo la
forma tradicional de narrar la historia, parece que los antiguos eran
unos sujetos enloquecidos que se liaban a matarse por que sí. No es
así: se llegaba al enfrentamiento muchas veces porque no había más
remedio y no por el «natural más feroz de ciertos pueblos».
La
grandeza se mide por el número de enemigos.
Es
una forma de verlo. Pero la grandeza no está solo en el número de
guerras vencidas sino también en los logros sociales, científicos,
humanistas, etc. En ese sentido y enlazando con lo anterior yo soy
muy de nuestra época y no solo los generales y estadistas merecen
estatuas sino todos aquellos que, desde una u otra esquina,
contribuyeron al progreso de su sociedad.
La
obra no pretende ser un estudio global de todos los enemigos.
No
podría. Necesitaría tomos y más tomos. Estamos hablando de un
imperio que duró cuatro siglos y que abarcó territorios en los
cinco continentes. Me limito a hacer una cata de enemigos señeros
que, ojo, no sólo eran externos sino también internos.
¿Donde
radica la originalidad de este ensayo histórico?
En
que busco salir del canon histórico para adentrarme más en los
laterales. Por canon histórico entiendo ese cuerpo de sucesos del
pasado que se han establecido como que son el eje del transcurso de
nuestra historia (tal batalla, cual tratado, aquel personaje, este
suceso) y que por tanto son lo que se nos enseña. Enemigos del
imperio sale de eso para narrar otras historias que, aunque no
pertenecen al canon, tuvieron en ocasiones importancia capital en
nuestra Historia, con mayúsculas.
Javier
Navascués Pérez
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