Patricia Luquin, diputada de IU en las Cortes de Aragón, considera que ya no es tiempo "de eslóganes y tuit", sino de "poner el foco en las necesidades y demandas de la calle" y por eso apela a la "humildad" para "volver a conectar con la gente".
También ha manifestado que "tenemos la obligación ética a hacer un análisis sosegado para saber qué país tenemos y qué país queremos pues el que se dibuja en Andalucía me preocupa y no me gusta".
Así que, por una parte, tenemos una voluntad que se manifiesta a través de unos resultados electorales pero "esos resultados no me gustan", con lo que "poniendo el foco en las necesidades y demandas de la calle" (las que puedan reflejar los resultados de los comicios andaluces no valen porque "no me gustan") esta señora y sus conmilitones emprenderán las acciones pertinentes para, viendo el país que tienen, hacer el país que quieren, osea Venezuela: corrupción estatal, hambre, estado policial, miseria, comisarios políticos de barrio o de manzana, presos (realmente) políticos, ... y todas las maravillas de los paraísos Socialistas que en el mundo han sido, son y, vivamente esperamos, no sean.
Sinceramente, no intuimos la "humildad" por ningún lado Sra. Luquin y, por otro lado, no deja de sorprendernos ese empeño en querer reflejar el ejercicio de virtudes, que la Iglesia recomienda a los católicos, y que ustedes imputan a esa misma Iglesia como defectos.
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