Es popularmente sabido que el
comunismo anda muerto en el mundo desde la década de los 90 del pasado siglo.
Muerto, al menos, política y económicamente. Otra cosa es culturalmente. La
realidad de los hechos han demostrado la ineficacia económica del comunismo así
como su totalitarismo político. Sin embargo, desde los años 60, los marxistas
se han infiltrado en todas las instituciones del mundo occidental, desde las
universidades hasta los medios de comunicación, desde el mundo del espectáculo
hasta la Iglesia. Son
los actualmente conocidos como “progres”. Y todos estos marxistas infiltrados,
desde los años 60, llevan creando ideología y cultura bajo el paraguas de los
diversos Estados liberales occidentales. El resultado, tal y como demuestra
Agustín Laje en su obra: El libro negro de la nueva izquierda, ha sido
la creación de una nueva corriente ideológica y política, quizá más conocida
como “marxismo cultural”, que, en términos de la filosofía materialista
marxista ha venido ha substituir una superestructura por otra pero manteniendo
el mismo contenido y el mismo mensaje, o sea, como se dice en castizo: los
mismos perros con distintos collares.
Así que, un muerto que está muy
vivo, un nuevo zombi, se ha levantado de su tumba: “Un fantasma recorre Europa:
el fantasma del comunismo” (Manifiesto del Partido Comunista, Marx y
Engels, 1848). Quizá un fantasma recurra Europa, aunque en el caso español es
más bien un fantasmón, un fantoche que no llega ni a la categoría de espectro
de castillo escocés: Podemos. Estos son los neo-comunistas, los progres
españoles. No hay que llevarse a engaños, Podemos y toda su patulea de
“indignados” (hasta que se compran un chalet en Galapagar), son la sucursal del
nuevo marxismo en España.
Para demostrar esto, reproduzco a continuación, íntegramente, un reciente artículo de el periódico El Mundo en su
edición digital, que recoge una entrevista a Pablo Iglesias:
Pablo Iglesias: “Los hombres feministas follan
mejor”
Desde la irrupción de Vox en el panorama político con su rechazo a la actual política de género, Podemos ha insistido en que ahora más que nunca el feminismo es el
camino. Por eso, su líder,
Pablo Iglesias, ha defendido en una entrevista con el psicoanalista y escritor,
Jorge Alemán,
"una masculinidad feminista", al tiempo que alardeaba de las
habilidades sexuales de los hombres que, como él, se consideran feministas. El líder de la formación morada
asegura en la conversación que "hay una frase que utilizan los sectores más gamberros del movimiento feminista"
que a él le
"encanta". "Dice: los hombres feministas follan mejor. Creo que
ahí están señalando
claramente un tipo de masculinidad feminista", añade. Según Iglesias, los hombres tienen que ser feministas,
pero sin abandonar su masculinidad. Por eso, aboga por "un feminismo que
no anule o tire por la borda los elementos de la masculinidad, sino que los
haga compatibles".El secretario general de Podemos siempre defiende que el
feminismo es "la mejor vacuna " contra los movimientos reaccionarios,
en clara alusión a
Vox. En este sentido, insiste en que las mujeres son el "combustible"
que alienta un "nuevo movimiento republicano en España". De hecho,
afirma que "el nuevo republicanismo será feminista o no será".
Seguidamente, vuelvo a
reproducir el mismo artículo pero esta vez con una pequeñísima variación,
donde ponga “feminismo”, los substituiré por “comunismo”, y
donde ponga “ideología (o política) de género”, pondré “lucha de clases”. No se dejen llevar por la chavacanería y la vulgaridad de su
lenguaje, recuerden que ya hemos dicho que son unos fantasmones y unos
fantoches:
Pablo Iglesias: “Los hombres COMUNISTAS follan
mejor”
Desde la irrupción de Vox en el panorama político con su rechazo a la actual LUCHA DE
CLASES, Podemos ha insistido en que ahora más que nunca el COMUNISMO es el camino. Por
eso, su líder,
Pablo Iglesias, ha defendido en una entrevista con el psicoanalista y escritor,
Jorge Alemán,
"una masculinidad COMUNISTA", al tiempo que alardeaba de las
habilidades sexuales de los hombres que, como él, se consideran COMUNISTAS. El líder de la formación morada asegura en la conversación que "hay una frase que
utilizan los sectores más gamberros del movimiento COMUNISTA" que a él le "encanta".
"Dice: los hombres COMUNISTAS follan mejor. Creo que ahí están señalando claramente un tipo de
masculinidad COMUNISTA", añade. Según
Iglesias, los hombres tienen que ser COMUNISTAS, pero sin abandonar su
masculinidad. Por eso, aboga por "un COMUNISMO que no anule o tire por la
borda los elementos de la masculinidad, sino que los haga compatibles". El
secretario general de Podemos siempre defiende que el COMUNISMO es "la
mejor vacuna" contra los movimientos reaccionarios, en clara alusión a Vox. En este sentido,
insiste en que las mujeres son el "combustible" que alienta un
"nuevo movimiento republicano en España". De hecho, afirma que
"el nuevo republicanismo será COMUNISTA o no será".
OBSERVEN QUE PESE AL CAMBIO DE TÉRMINOS, EL DISCURSO SIGUE SIENDO IGUALMENTE
COHERENTE SIN VARIAR NI UN ÁPICE SU SIGNIFICADO. Especialmente significativa es la última frase: “el nuevo
republicanismo será feminista o no será”. ¿Quizá les suene más en su redacción
original? “La República
será socialista o no será” (PCE). El mensaje va, evidentemente, dirigido a los
hombres españoles y el significado subliminal que transmite es el siguiente:
los hombres comunistas somos muy hombres y “follamos” mucho porque hay muchas
mujeres feministas tontas que se han tragado el cuento y están con nosotros. Al
fin y al cabo esta es la labor de la mujer comunista que pudo verse durante la
guerra civil de 1936: servir de placer, solaz y descanso al hombre comunista
que luchaba en las milicias como muy bien retrató la película de Vicente
Aranda, Libertarias. Nada nuevo bajo el sol.
Concluyendo. En este breve
artículo queda más que evidenciado el maquillaje del nuevo marxismo y
confirmada la tesis de Agustín Laje de la substitución de una superestructura
por otra, o sea, los mismos perros con distintos collares. Un zombi recorre
España: los fantoches progres de Podemos.
El artículo original de El
Mundo puede consultarse aquí
Rubén Valero
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