El pasado día
26 de enero, era hallado el cuerpo sin vida del pequeño Julen. No podemos dejar
de manifestar, ante todo, nuestras más sentidas condolencias la familia. Estas
líneas parten de ese profundo respeto y solidaridad con el dolor de la familia
que ha perdido ya a dos hijos en tan dolorosas circunstancias.
Simplemente,
se trata de llamar la atención, si se nos permite la expresión, sobre lo que de
verdad importa, lo que de verdad nos importa a todos y nos une y convoca a
todos, más allá de banderías y de sesudas o menos sesudas doctrinas e
ideologías.
Una
empresa de Murcia fabricó en apenas 8 horas unos tubos cuyo proceso
productivo convencional requiere 48, y
rápidamente los transportó hasta el lugar donde eran necesarios. Una empresa de
Alhaurín el Grande suspendió su actividad habitual para concentrar sus
esfuerzos en la construcción de la cesta en la que descendieron los integrantes
de las brigadas mineras y de un taladro gigantesco, todo en menos de 24 horas.
Una empresa de Málaga cedió sus cámaras de fibra óptica para facilitar la
exploración del interior del pozo. La brigada de rescatadores mineros,
procedente de Asturias, se personó en el segundo día de trabajos junto al pozo
en que había caído Julen. Decenas de camiones y excavadoras han pasado días
enteros trabajando en desmontes. Una tuneladora abandonó sus trabajos en la M-40 para desplazarse hasta
Málaga. Una asociación de mujeres en Totalán prepara cada día raciones de
desayuno, comida y cena para los cientos de personas que trabajan sin descanso
en el rescate, día y noche.
Esto
es España. Somos líderes mundiales en donación de órganos y en misioneros por
el mundo. Cuando nos ponemos todos a una, no hay quien nos pare. Pero hay un
puñado de políticos empeñados en que los españoles vivamos eternamente
enfrentados, derrochando las energías que nos son precisas para superar
nuestras dificultades y problemas reales.
Todos
lamentamos que finalmente no haya sido posible rescatar con vida al pequeño
Julen, pero todo esto nos ha demostrado que si unimos nuestras fuerzas para
luchar por lo que de verdad importa, no hay obstáculo o problema que no podamos
vencer. El día que todos entendamos que esa debería ser siempre la actitud, ese
día volveremos a ser un gran país. Mientras no despidamos de los empleos y
cargos públicos a quienes hacen del enfrentamiento y la división su modo de
vida, seguiremos poniéndonos piedras en el camino a nosotros mismos.
R. P.
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