La vergüenza de Aragón: el Convento del Desierto de Calanda (Teruel), entre las ruinas y el vandalismo
Incluido en la denominada “Lista roja del
Patrimonio español en peligro” de la asociación Hispania Nostra, el
Convento del Desierto de Calanda (Teruel) corre el riesgo de perderse para
siempre si no se efectúa una inminente intervención. Estamos ante un manifiesto
caso de talibanismo pasivo.
Produce escalofríos constatar con qué indiferencia y
pasividad las instituciones nacionales miran para otro lado en materia tan
cardinal (para nuestra identidad cultural) como es nuestro patrimonio
histórico-artístico religioso. Hay dos formas de “talibanismo”: uno activo,
de sobra conocido por todos; y otro pasivo, basado en la inoperancia, la
dejadez y el mirar para otro lado. A esta segunda forma nos remitiremos en
adelante.
Ubicado
a 12 kilómetros
de la villa que le da nombre, el Convento del Desierto de Calanda es una de
esas joyas irremplazables y olvidadas del barroco arquitectónico español, una
obra de la Catolicidad ,
es decir totalmente ajena a la “sensibilidad” actual. En los últimos años su
estado de ruina se ha acentuado sobremanera, por lo que corre el muy real
riesgo de perderse para siempre si no se procede a efectuar una pronta
intervención. La situación es crítica. Y es que ante una cuestión de Estado
como es la presente, de poco sirve excusarse en vacuos formalismos de leguleyo.
Mientras se despilfarran a manos llenas ingentes cantidades de dinero
destinadas a sufragar las más peregrinas coyunturas ideológicas propias del
marxismo cultural dominante (olvidemos las millonarias cifras que se invierten
en levantar infraestructuras inútiles), mientras se saquean las arcas del
Estado día sí y día también, observamos estremecidos cómo se dejan perder hitos
tan relevantes de nuestra historia patria como es este singular monasterio,
llamado “el Escorial de Aragón” en razón de sus fastuosas dimensiones. ¿Alguien
va a hacer algo? Por lo visto, no.
APUNTES HISTÓRICOS
Fundado en 1682 y dedicado a San Elías, el complejo
conventual de Carmelitas Descalzos conocido como el Desierto de Calanda, fue
planificado y proyectado siguiendo la tipología carmelitana conocida como
“desierto”, ya que aspiraba a ser fiel reflejo arquitectónico del espíritu
austero de la Orden.
Su
agitada historia, sin ánimo de exhaustividad, puede compendiarse en seis
etapas, a saber:
1) Fundación y construcción (1682-1701)
Tal y como nos informan los historiadores Vicente
Allanegui y Manuel García Miralles, el 22 de septiembre de 1682 (previa
colocación del Santísimo Sacramento) se iniciaban las obras de construcción del
conjunto, que se prolongarían por casi dos décadas.
2) Guerra de Sucesión (1705)
Al poco de quedar terminado el complejo conventual,
éste fue parcialmente incendiado y destruido por los seguidores de Felipe de
Anjou, como represalia a la comunidad por el apoyo dado por uno de sus miembros
a las tropas de Carlos de Austria. Al año siguiente, el convento sería
recuperado como noviciado de carmelitas descalzos.
3) Guerra de la Independencia (1809)
De nuevo el Desierto será parcialmente destruido, pero
por diferente enemigo: serán las tropas de Napoleón las que intenten arrasarlo;
los monjes no lo habitarían hasta 1814.
4) Desamortización de Mendizábal (1836)
La exclaustración de los religiosos supuso el golpe
mortal al complejo, iniciando su definitivo abandono, nuevo incendio incluido y
posterior ruina. El latrocinio perpetrado por el nefasto Mendizábal todavía no
ha sido estudiado en sus calamitosas proporciones. Tras la exclaustración, el
convento sería nuevamente saqueado a placer, siendo algunos de sus más
significados elementos (retablo mayor [una obra maestra en su género], retablos
menores, juego de campanas, etc.) trasladados al Templo del Pilar de Calanda;
nada de todo esto ha llegado salvo a nuestros días, pues la furia iconoclasta
del frentepopulismo cristófobo destruiría en 1936 este patrimonio.
5) Venta a un particular (1842)
En 1842, el convento pasó a manos privadas, siendo
Antonio Calvo el comprador.
6) Estado de ruina (siglo XXI)
Tras décadas de prolongada degradación, en 2004 el
Boletín Oficial de Aragón publicaría la Orden de 25 de marzo, “por la que se declara Bien
Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés el Convento de Carmelitas Descalzos
de Calanda, también conocido como Desierto de Calanda”. Una vez más, en 2011,
el Desierto sería puesto de nuevo a la venta. Entre medias, en las tres últimas
décadas se han planteado algunas tentativas para recuperar el complejo, con
resultados siempre negativos.
Las
fotografías que acompañan este reportaje fueron tomadas el pasado 9 de
diciembre, y son lo suficientemente elocuentes como para merecer más
comentarios del actual estado de conservación del Convento del Desierto, una
obra cuyo ruinoso y vandalizado aspecto es metáfora triste e inequívoca de la
postración espiritual de una Patria que ha perdido decididamente el respeto por
su Historia, su Arte Católico y su Fe.
NOTA: Desde aquí queremos dar nuestro
agradecimiento a Elizabeth Coñago Videira, estudiosa del Desierto y activista
por la causa de la recuperación del mismo; y a Jorge Vargas Sanz, intelectual y
erudito muy amigo de estas ruinas.
José Antonio Bielsa Arbiol
GALERÍA DE IMÁGENES
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