Templo del Pilar - Nave central (CALANDA) |
Don Luis
Herrero de Tejada y Rubira (Borja, Zaragoza, 24 de febrero de 1716 - †
Calanda, Teruel, 1 de febrero de 1767) es uno de tantos literatos olvidados que
el tiempo ha enterrado y cuya recuperación resulta algo harto improbable. Sea
como fuere, reivindicaremos su apagada figura en este breve apunte.
Nacido por casualidad en Borja,
aunque natural de Calanda [*1], de la que procedía su distinguida
familia y en la que pasó gran parte de su vida, cursó nuestro autor estudios de
Jurisprudencia en la
Universidad de Zaragoza, ampliándolos luego en la de Tolosa
(Francia), y en 1734 recibió el título de doctor; ejercería el cargo de Relator
de la Sala del
Crimen de la Real Audiencia
de Aragón.
Como literato, desarrolló una obra
variada y hoy ignota, destacando sobre todo como poeta, aunque abordó casi
todos los géneros entonces en boga, entregando algunas obras de circunstancia
tales como la pintoresca Explicación del juego de damas y modo de
practicarlo. Así y todo, entre sus obras podemos destacar (siguiendo aquí a
Mosén Vicente Allanegui, pues no hemos tenido acceso a ninguna de ellas): Arte
de pintura -tratado-; No siempre quien escucha su mal
oye -comedia-; Loas a San Juan Bautista; Memoria
de los reyes tenidos por crueles y aborrecidos de sus vasallos; y Poesías
místicas a la Virgen
del Pilar, patrona de la Villa
de Calanda. Tradujo asimismo un ensayo, La vida de los siete sabios
de Grecia.
Murió Luis Herrero de Tejada en su
apreciada Calanda, tema de inspiración de tantos de sus poemas, a los 53 años
de edad, siendo enterrado en la capilla de San Antonio Abad de la parroquia.
Hoy, ninguna huella física queda del lugar de su sepultura.
La poesía de nuestro hombre constituye
una de las parcelas más valiosas de su producción, al menos por lo que hemos
podido ver, que sin ser mucho, sí es cuando menos estimable y, hasta cierto
punto, significativo. Poeta preciso en la forma, su factura conservadora no le
impide expresarse con una naturalidad muy emotiva dentro de la retórica
dieciochesca manejando las más variadas formas poéticas (soneto, décimas,
himnos, etc.).
Sirvan como muestra de la pluma del
autor las siguientes dos composiciones, un soneto y un aria, compuestos para
sendos eventos ocurridos en Calanda; aquí el soneto:
¿Por
qué dichosa Villa de Calanda
cuando
tu amante madre y reina mía
sale
a poblar el mundo de alegría
tu
voz envuelta entre suspiros anda?
Si
ya la hermosa emperatriz del cielo
a
tus cordiales ecos atendiendo
con
agua cristalina fue cubriendo
tan
solamente tu dichoso suelo.
¿Por
qué en el día en que el sol hermoso
con
sus rayos tus calles ilumina
tu
pecho se conduele y afemina?
Porque
es mucho favor a un hombre ingrato
y
porque siempre tiene igual lugar
un
gozo inopinado que un pesar.
Y aquí el aria, cantada en noviembre
de 1787:
Hoy
los hijos de esta villa
rinden
cultos a porfía
con
devotos corazones
a
su patrona María.
Su
amoroso corazón
a
los pies de ese pilar
los
hijos de aquesta villa
llegan
hoy a tributar.
Admitid,
reina piadosa
bajo
vuestro real amparo
y
los fieles que os colocan
para
defensa del barrio.
No podemos concluir este apunte sin
dedicar unas líneas a su hermana, sor Luisa Herrero de Tejada (Calanda,
Teruel, 1711 - † Valdealgorfa, Teruel, 24 de agosto de 1777), como él poeta.
Ingresó Luisa a temprana edad en el
Convento de Valdealgorfa, del que al parecer llegaría a ser abadesa. Tuvo don
de poesía natural y compuso sus primeros versos a los trece años. Sus estudios
se centraron en la
Sagrada Escritura e Historia Eclesiástica. Y aunque escribió
mucho, nada sobrevive de su obra, de la que podemos mencionar Novenario
a Nuestra Señora del Pilar; una Vida de San Luis, obispo de Tolosa; A
Cristo nuestro bien; y A Jesucristo sacramentado.
Emana cierto encanto su composición "A Jesús en la cruz":
¿Quién
os puso esa divisa?
Luisa
¿Quién os clavó en el madero?
Herrero
¿Qué herrero? ¿Prenda adorada?
De Tejada
Viva de vos olvidada
mi gloria, mi bien, mi luz
pues os puso en esa cruz
Luisa Herrero de Tejada.
Luisa
¿Quién os clavó en el madero?
Herrero
¿Qué herrero? ¿Prenda adorada?
De Tejada
Viva de vos olvidada
mi gloria, mi bien, mi luz
pues os puso en esa cruz
Luisa Herrero de Tejada.
Bibliografía
·
Vicente Allanegui y Lusarreta: Apuntes históricos sobre la Historia de Calanda,
Ayuntamiento de Calanda-Parroquia de la Esperanza-Instituto
de Estudios Turolenses, 1998.
· Juan Domínguez Lasierra: Los cisnes
aragoneses. De Marcial a los penúltimos poetas, Ed. Delsan
Libros, 2013. [*2]
Notas
[*1] ALLANEGUI,
V., Apuntes históricos sobre la Historia de Calanda, 1998, pp. 355 y ss.:
"D. Antonio María Herrero, D. Luis y sor Luisa se ponen en el tratado de
Calanda, reputándose por hijos de la villa, no obstante de haber nacido fuera
por razón de la E.
19, T. 3, libro 8 Recop., que previene que si el padre se halla ausente en
servicio por mandato del rey, y en este tiempo naciese el hijo fuera, será sin
embargo español por reputarse nacido en España. Y habiéndose verificado así en
los referidos, deben reputarse naturales de Calanda, concurriendo además la
circunstancia de tener en dicha villa su casa en la calle Mayor".
[*2]
Meramente agradecer aquí a Domínguez Lasierra la gentileza de citarnos en
su libro y de recuperar en su antología a una olvidada figura tiempo ha
reivindicada por nosotros, justificando tal recuperación en virtud de nuestra
reivindicación: en efecto, Luis Herrero de Tejada y Rubira, poeta no por menor
menos estimable (lo mismo que su prolífica hermana, la franciscana Sor Luisa,
igualmente rescatada en la antología), bien merecía hacerse visible al público
de hoy. Se hace así justicia a dos figuras ocultas que, de lo contrario,
terminarán por ser borradas (lo mismo que tantas otras ya irrecuperables) en el
torbellino de la Historia
de la Literatura.
José Antonio Bielsa Arbiol
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