LA PRECARIEDAD DE LA DEFENSA NACIONAL





El Jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Fernando Alejandre Martínez se quejó amargamente el otro día de que los presupuestos “sanchistas” son insuficientes para las necesidades de Defensa de España. Parece ser que el actual gobierno “progre” y podemita de Sánchez tiene dinero para los rebeldes secesionistas de Cataluña, tiene dinero para los traidores nacionalistas de las Vascongadas, tiene dinero para el neo-marxismo de la ideología de género y su “lucha de sexos”, tiene dinero para la multitud de asociaciones de caraduras subvencionados, pero no tiene dinero suficiente para la Defensa de España.

Y así parece a tenor de las declaraciones de la “progre-ministra” de Defensa Margarita Robles, el pasado domingo, en donde se mostró favorable a una rebaja de las partidas de su departamento en favor de las “políticas sociales”. Aunque no se engañen, todos sabemos lo que un progre-sociata quiere decir cuando habla de “políticas sociales”: putas, feminazis y maricones mientras se le deslizan algunas monedas entre los dedos llenándole los bolsillos . Putas por la asiduidad con la que acuden a las “casas de lenocinio” sevillanas los progre-sociatas andaluces. Feminazis por la subvención a chorro de todas las asociaciones “femi-empoderadas” que les hacen el trabajo sucio de la “lucha de sexos”. Y maricones por la subvención de todas las asociaciones “LGTBIeras” que continúan con el trabajo sucio de las feminazis convirtiendo al hombre, heterosexual, católico y español en la causa de todos los males de la humanidad y de sus delirios psicóticos.

Y no es de extrañar que el alto mando militar español se queje de la falta de inversiones para el mantenimiento de los Ejércitos de España. Ningún gobierno del actual régimen progre-liberal de esta república coronada ha llegado nunca a un gasto militar ni del 1% del PIB. ¿Cuáles son las repercusiones de esta falta de inversiones?

Una de las primeras es lo mal pagados que están los soldados profesionales que contrata el ejército. Un soldado profesional medio gana en torno a los 1.000€ mensuales netos con los que tiene que comer, pagar la hipoteca, mantener a su familia y vivir. ¿Y esperamos que se juegue la vida por nosotros por apenas mil miserables euros?
La segunda, no menos importante, es la falta de mantenimiento y renovación del material militar que deben usar nuestros soldados (equipamiento, armas, vehículos, instalaciones, etc) con el que se juegan la vida y el que, literalmente, les cuesta la vida. Porque los números hablan por si solos y parece que la causa de las bajas de los últimos años han estado relacionadas con material militar deficiente, anticuado y/o defectuoso como parece insinuar el general Fernando Alejandre.

Si comprobamos el número de bajas españolas en la actual guerra de Afganistán hallamos que España desplegó desde el principio del conflicto bélico hasta el año 2.010 un contingente máximo de 1.576 hombres de los cuales 104 resultaron muertos en acontecimientos relacionados con la guerra. No parece mucho. Sin embargo, si analizamos atentamente estos datos, teniendo en cuenta todo el contexto de la guerra, encontramos que tan sólo tres países de la coalición occidental nos superan en el número de bajas. Los dos primeros son los EE.UU. con un contingente de 90.000 hombres y unas bajas de 2.419, el Reino Unido con un contingente de 9.500 hombres y unas bajas de 455. El tercero es el Canadá con un despliegue de 2.922 hombres y unas bajas de 158 muertos.

Teniendo en cuenta que el grueso de las operaciones bélicas directas las asumieron tanto los EE.UU. como el Reino Unido es natural el número de bajas. En cuanto al Canadá, obsérvese que habiendo desplegado casi el doble de hombres en el frente y asumido parecidas funciones que las españolas no ha obtenido el doble de bajas que las nuestras. No hablemos del resto de países de la coalición, tanto Francia, como Italia, como Alemania han enviado contingentes de entre 3.000 y 4.000 hombres con bajas absolutamente ridículas que apenas llegan al medio centenar.

¿Y España? ¿Unas bajas de 104 hombres muertos en tareas solidarias de reconstrucción y “operaciones de paz”? ¿A quién quieren engañar? Las cuentas comienzan a cuadrar si observamos que de las 104 bajas, 79 corresponden con el accidente aéreo del Yak-42 en Turquía. Accidente debido a las malas condiciones del avión de transporte que se contrató para trasladar a nuestras tropas hasta Afganistán. Parece que la progre-ministra tiene dinero para putas, feminazis y maricones pero no para la seguridad de nuestras tropas.

Habrá quien alegue: pero ese fue Trillo, el malhadado ministro PPero. Lo mismo me da que me da lo mismo. ¿Acaso no he dicho lineas más arriba que ningún gobierno del actual régimen progre-liberal de esta república coronada jamás ha llegado ni por aproximación a un gasto militar del 1% del PIB? ¿Acaso alguien duda que los PPeros tampoco tenían dinero para nuestros ejércitos pero sí, en cambio, para putas, feminazis y maricones mientras se les deslizaban algunas monedas entre los dedos llenándoles los bolsillos? ¿Acaso alguien duda a estas alturas que el PP no es tan progre-ladrón como el PSOE?

Pero como España no tiene enemigos. Como no hay ningún problema de traición y secesión de algunas regiones españolas. Como los españoles no estamos viviendo ninguna invasión velada de hombres jóvenes en edad militar que en cualquier momento pueden tomar las armas contra nosotros una vez dentro del país. Como Marruecos no se está rearmando. Como en caso de conflicto nuestros aliadísimos amigos de la OTAN y la U.E. (¡qué duda cabe!), esos que toleran la permanencia de una colonia británica en suelo español, esos que se cruzaron de brazos cuando al moro le dio por invadir Perejil, saldrán lealmente en nuestra defensa. Como ninguno de nuestros aliadísimos “amigos anglosajones” nos está espiando descaradamente (¡ah! ¿Qué no lo saben? Ya lo explicaré en otro artículo). Resumiendo, como todo está bien, como todo es paz y amor, y como vivimos en un bonito mundo de color, no necesitamos ejércitos que nos defiendan. Así que quememos todas las armas en una gran fogata y bailemos todos juntos a su alrededor cogidos de las manos y cantando “Imagine”.


Rubén Valero

N. del A.: Por si no lo han notado, el último párrafo era enteramente sarcástico.




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