LOS ABUSOS SEXUALES EN LA IGLESIA Y EN LAS SECTAS PROTESTANTES. LAS CONSECUENCIAS DE LA HEREJÍA





Me animo a escribir estas líneas como reflexión católica y responsable sobre las constantes apariciones públicas de los múltiples casos de agresiones sexuales de clérigos en el seno de la Iglesia. Desde luego, la historia de la Iglesia es larga y compleja y, en más de 2000 años, podemos decir que ha habido de- todo. “Doctores tiene la Iglesia”, dicen, pero también, por desgracia, ovejas negras las ha habido, incluso tenemos Papas condenados como herejes. Y esto es así porque la única y verdadera Iglesia de Cristo, a pesar de tener un fundador divino, está constituida por hombres, hombres pecadores y hombres que cometen errores. Abusos los ha habido siempre y siempre los habrá, dentro y fuera de la Iglesia, aunque si son llevados a cabo por supuestos hombres de Dios resulten más repugnantes si cabe.

La Iglesia ha pasado, a lo largo de su historia, por varios períodos de corrupción y reforma, debido siempre a la infiltración de la herejía en su seno. Así pasó, por ejemplo, en el s.XI con Pedro Damiano a quien le tocó vivir tiempos que podríamos calificar como paralelos a los actuales. Este monje y cardenal del s.XI luchó contra la opresión sobre la Iglesia ejercida por el emperador alemán Enrique IV a través del antipapa impuesto Honorio II. Pero Honorio II sólo resultaba la cúspide del gran problema de la corrupción de la Iglesia porque Pedro Damiano ya denunciaba, por escrito, en su obra Liber Gomorrhiaus, los males que acuciaban a la Iglesia: la herejía, la simonía, el nicolaísmo y la homosexualidad extendida entre el clero. Años más tarde y como mano derecha del Papa Gregorio VII, Pedro Damiano enfrentó, atajó y venció toda herejía y corrupción en la Iglesia consiguiendo reformarla. Esta lección aprendida nos indica que, nuevamente, diez siglos más tarde, la Iglesia está necesitada de una reforma de verdad (no de una revolución herética como la protestante).

En paralelas circunstancias a las del s.XI nos encontramos hoy, la herejía se ha infiltrado en el seno de la Iglesia. La herejía liberal o modernismo, como ya la denunciaba el Papa Pío IX en 1864, podríamos denominarla. ¿Cómo no va a corromperse la Iglesia con su continua protestantización desde el postconcilio? Un concilio infiltrado por marxistas, masones y herejes protestantes (no es una exageración, esta gente se encontraba entre los asesores del concilio, se pueden comprobar las actas). Un concilio que produjo una liturgia a lo protestante, expurgada de toda sacralidad. ¿Cómo el abandono de la doctrina católica tradicional no iba a traer también otros males mundanos tan atroces? Tal es así que el propio Papa Pablo VI reconoció en 1972, en plena época de la puesta en marcha del “espíritu del concilio”, que el humo de Satanás había entrado en el Templo de Dios. La herejía protestante-liberal se ha infiltrado en el seno de la Iglesia llevando la corrupción que la caracteriza.

No piensen que voy a criticar la denuncia de tan execrables hechos dentro de la Iglesia, en absoluto, lejos de ello pienso actuar más bien como Pedro Damiano y su Liber Gomorrhiaus. Mi crítica es sobre el tratamiento mediático de estos hechos. Porque, efectivamente, los medios de comunicación progres, lejos de tratarlos imparcialmente como una denuncia de unos hechos penosos además de constitutivos de delito, su tratamiento, como suele ser habitual en los medios de este régimen liberal, es partidista, subjetivo, descontextualizado, negro-legendario y, como siempre, salpicando la verdad con mentiras y medias verdades.

Y es que la condescendencia y complejo de superioridad moral típicos de los medios de comunicación progres de este régimen liberal con que tratan siempre cualquier tipo de noticia referente a la Iglesia es de una inquina y animadversión que podemos calificar como supinas propias sólo de verdaderos herejes.

Para empezar, los medios no deberían, aviesamente como hacen, generalizar ni condenar a las hogueras “quema-brujas”, como hacían los protestantes alemanes, a la totalidad de la Iglesia por el comportamiento de unos pocos clérigos católicos. En las Escrituras, a petición de Abraham, el mismísimo Yahveh estaba dispuesto a perdonar a Sodoma con tal de encontrar a tan solo diez justos (Gén.18:32). ¿Acaso no hay diez justos entre los clérigos de la Iglesia? ¿Acaso ese pequeño porcentaje de asquerosos depredadores sexuales no permite que resten diez justos? ¿Acaso los medios son tan superiores que hasta juzgan mejor que el mismísimo Dios? Sencillamente esas generalizaciones son injustas.

Pero, como siempre, los medios de comunicación liberales no son imparciales con el tratamiento de los hechos. Y, por tanto, mientras cargan las tintas contra la Iglesia desvían la mirada de otros sectores donde también se cometen estos abusos, o aun perores, como las distintas sectas heréticas protestantes o, peor aun, los musulmanes. Y no es que me vaya a atener al “y tú más” que nunca arregla nada para desviar la atención de los penosos hechos, pero ya que los medios tratan el tema con tantísima parcialidad y cuando lo contextualizan, lo contextualizan a su manera, o sea, falseando y callando la información, yo la voy a dar completa porque, hoy en día, ya no se puede hacer leyenda negra fácilmente, porque la red de redes te facilita mucho la vida y te ofrece mucha información que otros silencian y callan.

Así, hoy mismo, con la esperanza de que estas líneas se lean en Hispanoamérica y lleven algo de consuelo y esperanza a los católicos de ese lado del charco que, me consta, sufren gravemente sus distintos regímenes liberales así como la invasión de los herejes gringos del norte con sus nefastas sectas, les va a tocar el turno a uno de estos colectivos: los herejes protestantes. Cualquiera que con un mínimo de interés haga un sencilla búsqueda en Google con las siguientes palabras: “abusos sexuales” y “protestantes”, encontrará un sinfín de entradas y noticias igual o más jugosas que las relativas a la Iglesia. Voy a citar aquí sólo unas cuantas, pues es imposible por su infinito número el citarlas todas, y realizaré un pequeño resumen seguido de la fuente donde la he obtenido. ¡Ah! Y tenemos de todas las innumerables sectas protestantes. Empecemos:

La primera es relativa a los Testigos de Jehová que ocultan más de 1.000 casos de abusos sexuales a niños desde hace más de 60 años.

La Iglesia evangélica alemana indemniza a 142 menores víctimas de abusos sexuales.

La Iglesia de Inglaterra (anglicanos) reconoce 3.300 denuncias por abusos.

El famoso periódico digital protestante español “Protestante Digital” se hace eco de las declaraciones de un famoso pastor evangélico norteamericano, Boz Tchividjian, nieto de Billy Graham, donde dice que el abuso sexual es un mal silenciado en la iglesia evangélica.

De hecho, el mismo Boz Tchividjian es director de GRACE, una asociación que anima a los líderes evangélicos de los EE.UU. a exponer el abuso sexual en sus iglesias de forma transparente y sincera, reconoce que la iglesia evangélica está en peor situación que la católica en relación al abuso sexual.

Además GRACE avisa de que la iglesia protestante tiene que enfrentar nuevos escándalos por abuso sexual porque las víctimas hablan desafiando las amenazas.

Incluso hay un página de Facebook donde se denuncian a pastores evangélicos pederastas.

Sobre los tan cacareados abusos sexuales de la Iglesia en Australia. El informe elaborado por la Real Comisión (RCIRCSA) halló los siguientes datos:

Iglesia Católica: 4445 casos entre 1950 y 2015.
Uniting Church: 2504 casos desde cuando se funda en 1977.
Testigos de Jehová (otra vez sus amigos): 1006 casos teniendo en cuenta que en Australia sólo el 0,4% de la población son “testigos”.
Anglicanos: 1085 casos entre 1980 y 2015. Los anglicanos suponen sólo el 60% de los católicos en Australia.


Respecto a los EE.UU., en realidad no hay datos precisos debido al innumerable número de sectas protestantes existentes según estudiosos del tema como el historiador Philip Jenkins y el psicólogo Gary Schoenener. Hay que tomar datos indirectos o noticias particulares que vayan saliendo publicadas en los periódicos. Un ejemplo de dato indirecto es las medidas que exigieron las aseguradoras en 1993 a la iglesia episcopalista para contrarrestar la nociva conducta sexual de sus pastores. También las medidas tomadas por la Conferencia Central de Rabinos de EE.UU. delatan que esta lacra está más extendida de lo que se piensa. En cuanto a los números que afectan a la Iglesia tampoco hay datos claros, Thurston Hatcher de la CNN dice que no es un problema exclusivo de la Iglesia y según estudios de la Universidad Hopkins estiman un 0,8% de los sacerdotes involucrados en estos casos.


Así que estos son los hechos, correctamente contextualizados. ¿Y ahora qué decimos sobre las distintas sectas protestantes? ¿Por qué se magnifica y sólo se publica la corrupción de la Iglesia y se calla y se oculta la tremenda corrupción de las distintas sectas de herejes protestantes? ¿Será porque la Iglesia es la única y verdadera? ¿Será porque la Iglesia fue fundada por el mismísimo Cristo? ¿Será por la confabulación de los herejes, masones y marxistas contra Cristo y Su Iglesia? Así como la corrupción de la Iglesia es debido al constante ataque desde hace tres siglos por parte de los herejes protestantes primero, de los masones anglosajones y franceses segundo, y del marxismo después que ha conseguido introducir la herejía liberal en su seno, la corrupción de las distintas sectas protestantes es bien sencilla: es producto de su herejía. Y la herejía sólo conlleva corrupción.

Rubén Valero

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