Decepción es la sensación que, personalmente, me invade el día después de unos comicios, más exactamente hacia las 23h. del día de las elecciones cuando se empiezan a tener resultados que se aproximan mucho a los definitivos, y no porque hayan ganado unos o perdido los otros sino porque desde que salió vencedora la UCD en aquellas primeras y lejanas elecciones, en esa y en todas las posteriores quien ha ido perdiendo progresivamente es España.
No he votado casi nunca, salvo cuando se ha presentado la CTC y alguna otra rara ocasión, pues no hay partido que defienda íntegramente la España católica y tradicional y los valores que propone la Santa Madre Iglesia para la convivencia entre los miembros de una comunidad, de una Sociedad, pero sigo con interés los resultados después de cada convocatoria y el resultado siempre es el mismo: decepción, y en aumento. Decepción de mis conciudadanos que cada vez más, en gran parte gracias a los partidos denominados de derechas y por supuesto a los de izquierdas y más por supuesto a los medios de comunicación, se alejan del Espíritu que conformó nuestra Patria que no es otro que el de la Religión Católica.
España ya no es Católica y la consecuencia es la que podemos visualizar en el mapa de los resultados electorales: roja ... y rota si Dios no lo remedia, que los hombres ya se ve hacia donde van guiados por el Amo del Mundo, al abismo.
Virgen del Pilar, Santiago Apóstol rogad por España.
Fermín Uriz
Comentarios