EMPIEZA EL CAMBALACHE POSTELECTORAL EN ARAGÓN


El gatopardismo es un vocablo que procede de la magnífica obra de Lampedusa “El Gatopardo”, en concreto de su más famosa frase  Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie".

En mi opinión hay pocas citas que puedan ser tan descriptivas de la democracia liberal como esta. Hoy a los más ingenuos, todo les parece distinto, pero en realidad nada ha cambiado, podríamos irnos por vericuetos filosóficos respecto a las dinámicas intrínsecas del Sistema timocrático que siempre obligan a lo mismo, los aparentes cambios (de sillas nada más), las ardientes soflamas sobre la necesidad urgente de reformas (reformas que paga Ud. claro), en fin lo normal en los días siguientes a unas elecciones vaya, que ya se conocen el cuento tan bien como yo, todos han ganado, buscaremos lo mejor para la ciudadanía, nos ceñiremos al programa, etc. Perdonen que no siga pero es que me entra una risa incontrolable al repasar la sarta de lugares comunes y falso interés por el bien común de la nación, Reino o lo que seamos ahora.

Porque es ahí donde quiero llegar,  este fiestorro caro como una boda austrohúngara y falso como una moneda de tres euros no es para que a usted le vayan a arreglar la acera, o se vayan a preocupar de la seguridad en sus calles o las basuras. No. Pero tiene que parecerlo.

Todo esto va de unos señores que desde su apelación constante a la libertad, siempre en clave subjetiva, siempre indefinida y por lo tanto mentira, se juntan en una cosa que llaman “partidos” en los que por ejemplo nos colocan  de candidato a un tipo en Cuenca que vive en Mataró y las únicas casas colgantes que ha visto ha sido en algún documental sobre los palafitos en el Orinoco.

Porque de eso va esto, de “colocarse” de “repartirse el poder” todo vestido de cosas como “responsabilidad institucional”, voy a dejarlo que me entra otra vez la risa.

Hoy están todos felices, continúa la fiesta, el botellón democrático del reparto y el escaqueo de la responsabilidad personal, esa eterna huérfana en la timocracia.

De puertas afuera veremos airadas declaraciones de principios y constantes alusiones al “cambio”, a la “nueva politica”, mil zarandajas pero lo que en realidad está pasando es que esos señores de los partidos se están repartiendo la tarta y lo mismo da repartirla con Juana que con su hermana, el caso es trincar.

En Aragón hoy tenemos a Lambán inquieto, no sabemos que hará ciudadanos, en Zaragoza también la cosa esta movida aunque Azcón estará algo mas tranquilo que Lamban, lo tiene más fácil aparentemente. Huesca también depende de pactos y en Teruel, que también existe, la cosa está más clara, ahí la tarta se la comen los de la gaviota. La Cha está triste por perder butaca y presupuesto en las cortes y el PAR a lo suyo que es eso que dicen “bisagra” y traducido es a ver quien me da más rollo PNV. En las Cortes veremos que pasa, pero el lío promete. En eso están nuestros políticos a ver que consiguen para cada uno, se lo repito, para los partidos, no para Zaragoza ni para Aragón. No quieren nada  para Ud., desengáñese y prepare la cartera, su parte en el teatrillo ha terminado hasta dentro de unos años.

No se si será usted de los que estas cosas le quitan el sueño pero si es así, por favor descanse, usted ya no pinta nada en este cambalache.

¿Cree alguien que personajes como, por decir algunos, Azcón, Lambán, Alegría, Aliaga, Soro, Santisteve o nuestro querido comedor de recibos Pablo Híjar y el resto de "presupuestívoros" está preocupado por Ud?

La respuesta, Ud. la sabe, es no. Por eso mejor prepárese unas palomitas, guarde a buen recaudo lo que pueda de su patrimonio y disfrute del circo donde todo es posible. Se llama Timocracia y la vistan como la vistan, aunque le cambien los nombres, las calles, los edificios, tan pronto como rasquen podrán notar el olor a rancio,  a corrupto, a podrido.

Todo parecerá diferente en unos días sí, pero en el fondo nada habrá cambiado.

S. Benito

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