¡Qué será de Notre Dame!


Este de la foto es uno de los proyectos, a cual de ellos más estrambótico (pinchen aquí y alucinen), que se han presentado para la restauración de la Catedral de París a un mes del incendio que conmocionó a Francia y al mundo.

Como aquí, en general y en todos los órdenes, no es que se haya perdido el norte, es que se ha perdido el norte, el sur, el este, el oeste y la rosa de los vientos, el asunto no es recuperar, y mejorar en lo posible, lo que se ha recibido de los antepasados o de la propia naturaleza sino cambiarlo, transmutarlo, revolucionarlo, y así tenemos que ahora uno ya no es varón o hembra según los atributos otorgados por la genética, la naturaleza, sino que es una opción o un sentimiento mutable por ejemplo y, en el caso que ahora nos ocupa, el edificio destruido por el fuego también tiene que perder su naturaleza que no es otra que la del Culto Divino para lo que fue construida, y cualquier exceso de la imaginación que lo aleje de esa su naturaleza se propone como válido aunque el resultado sea de dudosa belleza.

Pero esa es otra; las construcciones, en general las manifestaciones artísticas, pensadas y ejecutadas para acercar al hombre a su Creador resultan bellas pues Dios es La Bondad y La Belleza, por tanto todo aquello que tienda a alejar al hombre de su Creador va a resultar feo o, como expresaba más arriba suavizando la expresión, de dudosa belleza.

Total que casi habría sido mejor que el fuego hubiera derruido todo el edificio y que hagan directamente la arstracanada que quieran sin profanar la memoria de los antepasados que construyeron un Templo hermoso para Gloria de Dios y gozo espiritual de los hombres.

Fermín Uriz

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