El pasado 16 de mayo en la localidad de Sallanches, en los Alpes franceses, fue detenido uno de los mayores criminales de la banda asesina ETA, el conocido como Josu Ternera, José Antonio Urruticoechea, responsable, entre otras "hazañas", de la matanza perpetrada en la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza en 1987. Recientemente el Tribunal de Apelación de París decretó dejarle en libertad y, aunque está retenido en París, podría quedar en libertad al padecer de un cáncer de estómago que podría haberle afectado el hígado.
Sinceramente no le deseamos sufrimiento, como el que causó a sus víctimas por ejemplo, y la ciencia médica actúe con eficacia sobre su mal, pero después de haber asesinado y causado dolor, angustia y padecimientos a tantas personas, además del escarnio de haberlo tenido en una comisión de "Derechos Humanos" (manda narices) en el Parlamento Nazionalista del país Vasco, es un insulto a todos los españoles y más aún para los familiares de las víctimas del sanguinario Ternera el que esté en la calle de rositas.
Si por lo menos se arrepintiese y ofreciese sus sufrimientos en reparación de los males que causó.
Sí, ya lo sé, soy un ingenuo, ¡Qué pena!
Fermín Uriz
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