Reflexiones en el centenario de la Consagración de España al Sagrado Corazón

Iniciaremos una serie de reflexiones, o mejor retazos, de algunos textos ya escritos o conferencias y reflexiones por transcribir, sobre el Centenario de la Consagración de España a Sagrado Corazón. El próximo 30 de junio se renovará esa consagración en el Cerro de los Ángeles.



EL DETENTE
El Detente o Detente bala es un escapulario, bien de chapa o bien de tela con la leyenda «Detente, bala, el Sagrado Corazón está conmigo» o los más antiguos simplemente «Detente, bala», que llevaban junto al corazón los combatientes tradicionalistas de las distintas guerras de los siglos XIX y XX. Dicha leyenda solía estar acompañada por una representación del Sagrado Corazón de Jesús. Los detentes se asocian normalmente con el movimiento carlista aunque su uso estaba generalizado entre muchos católicos.
Ya hablamos al principio del libro de la devoción entre los carlistas al Sagrado Corazón. Una devoción extendida por la cristiandad gracias a las apariciones a santa Margarita María de Alacoque. En una de las muchas apariciones, más concretamente en la del 2 de marzo de 1686, Jesús le pidió que difundiera esta petición: «Él (Jesús) desea que usted mande a hacer unas placas de cobre con la imagen de su Sagrado Corazón para que todos aquellos que quisieran ofrecerle un homenaje las pongan en sus casas, y unas pequeñas para llevarlas puestas». Ella misma llevaba una debajo del hábito, a la altura del corazón, e invitaba a sus novicias a hacer lo mismo.
Esta imagen empezó a llamarse «salvaguarda» a raíz de una peste en Marsella, en 1720, la gente se ponía este escapulario del Sagrado Corazón para protegerse de la plaga. Bordeando la imagen se escribía la leyenda «Oh, Corazón de Jesús, abismo de amor y misericordia, en ti confío». La eficacia del salvaguarda fue tal que permitió expandir la devoción al Sagrado Corazón por toda la ciudad.
Durante la Revolución francesa, los católicos veneraban esta imagen y los revolucionarios los tuvieron como «la manifestación viva del fanatismo» y una provocación contrarrevolucionaria. Durante el juicio de la reina María Antonieta, se presentó como prueba contra ella un pedazo de papel que poseía y en el que estaba dibujada la imagen del Sagrado Corazón, con la llaga, la cruz y la corona de espinas, y con la leyenda: «Sagrado Corazón de Jesús, ten misericordia de nosotros»Fue a raíz de la guerra franco-prusiana, cuando muchos soldados franceses católicos fueron al frente con esa imagen para que les protegiera. En la guerra civil española, todos los requetés llevaban cosido el detente bala en sus camisas, al lado del corazón.

Javier Barraycoa


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