DOCTORES DE LA IGLESIA: San Basilio Magno

FICHA DE DOCTOR

- Nombre: SAN BASILIO MAGNO (ca. 330-379)
- Ministerio: Obispo de Cesárea (Capadocia)
- Año de proclamación: 1568 [por el Papa San Pío V]
- Festividad: 1 de enero (Oriente); 2 de enero (Occidente)


CONTEXTO

San Basilio el Grande, el más romano de los Doctores griegos (fue definido como “un verdadero romano, bajo la capa de un griego”), es uno de los cuatro grandes Padres de la Iglesia de Oriente, junto a San Atanasio, San Gregorio Nacianceno y San Juan Crisóstomo. Es, asimismo, uno de los tres mayores escritores eclesiásticos de Capadocia del siglo IV (junto a su hermano San Gregorio de Nisa y el Nacianceno), destacándose por ser el más tendente a la acción práctica de la tríada, cual hombre de acción y organización en toda regla.


VIDA

Hijo de un retórico, nació en Cesárea (Capadocia) hacia el año 329, en una familia de santos; entre sus hermanos estaban Santa Macrina la Joven, el obispo Pedro de Sebaste y el mentado Niseno. Estudió en Constantinopla y Atenas, hasta que hacia 356, muerto el padre, regresa a Cesárea como profesor de retórica. Hastiado de las vanidades del mundo y recuperado para la Fe, recibirá el Bautismo y con él la luz del Evangelio.

            La biografía de Basilio, bien difundida, puede estudiarse desde dos perspectivas diferentes aunque complementarias: la del hombre de acción y la del religioso-intelectual; entrambas se afianza un formidable celo por la ortodoxia y el combate contra el error. Así y todo, no conviene olvidar tampoco su vínculo muy real con el legado intelectual pagano clásico, que habría de inspirar una de sus obras más leídas; entre los autores que más les influirán están el filósofo Platón y el escritor Plutarco. 

            Como hombre de acción, Basilio fue avezado viajero y organizador nato. Tras visitar los centros del ascetismo cristiano (en Egipto y Siria), seguirá -hacia el año 358- a su madre Emmelia (junto a su hermana) al retiro cenobítico (es importante señalar la aversión de Basilio por la ascesis monástica). En 362, Eusebio es consagrado obispo de Cesárea, llamando a su lado a Basilio (que fue ordenado sacerdote por éste) para luchar contra el arrianismo. Llegarán al fin los grandes días de San Basilio, aquellos por los que podrá ser llamado “el Grande”: lucha contra el arrianismo, contra el emperador Juliano, polémicas con el emperador Valente, etc. Entre medias, las discusiones internas entre Basilio y Eusebio no tardarán en llegar, marcando la ruptura de esta colaboración, lo que no impedirá que Basilio suceda el año 370 a Eusebio en la sede episcopal. 

            Como teólogo e intelectual, el fruto más cumplido de su laboriosa existencia fue su ingente obra escrita, que incluye, entre otras entregas, sus famosas Epístolas, conjunto de más de 300 cartas de especial interés para valorar su posición dogmática; escritos teológicos tales como Del Espíritu Santo (harto influyente en la definición del Concilio de Constantinopla [381]) o los Escritos dogmáticos; obras de pura exégesis (como el Hexamerón, conjunto de homilías cuaresmales sobre la Creación); etc.

            Entregó el alma al Padre antes de cumplir los 50 años de edad.

DOCTRINA

San Basilio fue uno de los más geniales Padres en sistematizar la doctrina sobre la Santísima Trinidad, elaborando un importante fondo de fórmulas conciliatorias del mentado y cardinal Dogma. El fruto de esta síntesis, de todos bien conocida, ratifica que entre la “existencia individua” y la “esencia”, se afirma la igualdad sustancial de las Tres Personas, distintas en cambio en cuanto a individualidad. Sin embargo, Basilio hará alguna concesión simbólica para contentar a los semiarrianos, como será la admisión del término “semejante inmutablemente en la esencia” respecto del más preciso “consustancial”.

            Fue, asimismo, un firme defensor de la comunión eucarística frecuente, necesaria para mantener vivo el amor a Dios en nosotros y llave para la Vida Eterna: “Comulgar también cada día recibiendo el Santo Cuerpo y la Sangre de Cristo es algo bueno y útil, dado que Él mismo dice claramente: ‘Quien como mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna’ (Jn 6,54), Por tanto, ¿quién dudará de que comulgar continuamente la Vida es vivir en plenitud?”.

            No menos significativa resulta, según Benedicto XVI, su labor precursora como remoto precedente, pero precedente y precursor al fin y al cabo, de la Doctrina social de la Iglesia.

OBRAS DESTACADAS DEL SANTO DOCTOR

- Contra Eunomio: este tratado en tres libros fue redactado entre los años 363 y 364, y supone por tanto la obra más antigua conservada del santo. Trabajo de tesis, fue compuesto con el propósito de impugnar el Apologético del obispo arriano Eunomio de Cízico (335-ca. 393), quien no tardaría en ser destituido acusado de herejía (el arrianismo, no lo olvidemos, postulaba la unidad de Dios y la naturaleza diversa del Hijo y del Espíritu Santo); Basilio, con mano diestra, refuta todos y cada uno de los puntos de la errada demostración de Eunomio, apoyándose en San Atanasio.

- Escritos ascéticos: gran colección de textos morales y religiosos del autor, en la que también se incluyen apócrifos; se datan después del año 370, cuando Basilio ya era obispo de Cesárea en Capadocia; la colección incluye, en números, 3 opúsculos de iniciación ascéticas, 80 preceptos morales, 2 discursos ascéticos, 55 “Reglas por extenso” (expuestas en la forma de pregunta-respuesta) y 356 “Reglas resumidas”. Es importante tener presente que la concepción del monaquismo en Basilio es eminentemente social, y por tanto opuesta a los principios de los anacoretas.

- Discurso a los jóvenes sobre el modo de sacar provecho de la literatura griega: uno de los textos más leídos del Santo Doctor, escrito por éste para sus sobrinos. Su importancia histórica, pese a la brevedad del mismo, nunca ha sido discutida: bajo la forma del tratado, este discurso resulta especialmente importante porque nos permite conocer las relaciones entre la Iglesia de los tiempos primeros con la tradición clásica pagana; el autor postula que el estudio de los clásicos paganos es saludable, siempre y cuando, eso sí, sepan separarse los pasajes que puedan resultar moralmente útiles para el educando de aquellos privados de enseñanzas morales.

BIBLIOGRAFÍA SELECTA

Obras generales

- AAVV: Diccionario literario Bompiani, Ed. Hora, Barcelona, 1992.
- BENEDICTO XVI: Santos Doctores de la Iglesia. Catequesis de Benedicto XVI, Ed. EDICE, Madrid, 2012, pp. 47-57.

Fuentes

- SAN BASILIO MAGNO: El Espíritu Santo, Ed. Ciudad Nueva, Madrid, 1996.
- SAN BASILIO MAGNO: Reglas morales, Ed. Ciudad Nueva, Madrid, 2015.


José Antonio Bielsa Arbiol

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