Si existe un ejemplo de aquello
que decía Göbbels «una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad»
es la cosa esta del sufragio universal.
Fuimos nosotros los carlistas los
que primeramente sufrimos la censura de la timocracia. En 1977 todos los
partidos pudieron presentarse a las elecciones (incluido el PCE del genocida de
Paracuellos) excepto el partido carlista. Nos tocó los primeros para variar.
Los demás fueron alegremente a las
urnas para hacer profesión de fe “timocratica” y enseñarnos a todos que
la soberanía de la nación española residía en el pueblo español a través del
sufragio universal este tan guay.
Lo que nadie nos contó (excepto
el carlismo) es que el sistema, bonito en las formas, moderno y progresista
estaba amañado y malamente puede residir la soberanía en el pueblo cuando en
unos sitios un voto vale hasta 6 veces menos de lo que vale en otro sitio.
Yo de democracia se poco, la
verdad, pero bueno esto no parece muy “igualitario” ni tan siquiera en términos
“timocraticos”, que ya es decir. El caso es que la bola ha tomado carta de
naturaleza y ahí ha quedado. Nadie dice nada, silencio en la sala. Todos a
tragar.
Yo pediría a nuestros bien
alimentados próceres que se lean ese texto que ellos mismos idolatran, esa
constitución (que hoy es esta y mañana será la contraria), que tiene artículos
como el 1.1 igualdad como valor superior de nuestro ordenamiento jurídico, el
9.2 participación de los ciudadanos en la vida política y mi favorito el 68.1
voto igual.
Ahí precisamente en lo de “voto
igual” está el mayor timo. Como decía son hasta 6 veces más lo que cuesta un
escaño dependiendo de la provincia. ¿Que igualdad es esta?
Esto que les cuento no es nuevo,
lo saben ustedes y no digamos los partidos tunantes, perdón quería decir
turnantes ...., en que estaría yo pensando.
Podemos reformar la ley electoral
dirán los más ingenuos ¿verdad que es fácil? Pues nanay. Como siempre la
realidad es tozuda y ese cambio (sencillo y lógico), que podría ser por
ejemplo perfectamente el volver a las elecciones de personas y no de
partidos (algo bastante más justo y que a los carlistas nos suena bien), o
cambiar el sistema electivo de una de las dos cámaras para poder llegar a una
representación orgánica de la sociedad (esto para el carlismo sería como música
celestial), como decía ese cambio no llega, ni llegará. Me da hasta cansancio
el escribirlo pero bueno .... No llegará porque los vividores que llevan desde
el 78 turnándose y trincando la parte mollar del presupuesto (previo pago de
peaje a nazionalistas y otras hierbas) perdería sus privilegios y hasta su
existencia misma peligraría.
Otro debate más, otra justa
bandera que alza el carlismo, otra lucha que siempre es la misma aunque cambien
caras y siglas y así llevamos 186 años. Por lo tanto ya lo saben, si están
hartos de mangantes y al fin han abierto los ojos para descubrir que detrás de
todo este decorado que empieza a desbaratarse solo hay humo, polvo y un
asqueroso olor a rancio, tranquilos, en el carlismo les estamos esperando con
los brazos abiertos.
Los carlistas somos tozudos, no
tenemos prisa y aquí estamos y estaremos, ojala que junto a usted que nos lee.
Cueste lo que cueste
S. Benito
Comentarios