EL PRIMER CARLISMO ARAGONÉS
II
En 1869 Marco vuelve a la carga,
pasando a Biarritz y siendo nombrado comandante carlista de Aragón con la
misión de organizar un nuevo levantamiento. Al producirse este Marco no participa
debido al retraso en recibir la orden y a las dudas sobre la autenticidad de
las órdenes.
Al año siguiente 1870 participa en
la importante asamblea de Vevey y se presenta a las elecciones a Cortes de 1871
por Teruel y 1872 por Albarracín, al
parecer fue elegido en la primera de las ocasiones no así en la segunda debido
a las fortísimas presiones y acoso de las autoridades liberales. Entonces es
cuando Marco recibe el encargo de tomar el mando de las tropas carlistas de
Aragón ordenándole que iniciara un nuevo alzamiento.
La elección de Marco da idea del
gran prestigio con que contaba nuestro veterano personaje, destacando como
siempre su espíritu amplio y generoso.
Marco envió fusiles a algunos puntos
y trató de atraerse a algunos militares que finalmente no cumplieron sus
compromisos por lo que al dar la orden de sublevarse el 21 de abril solo
consiguió que se alzaran algunos jefes de partida. Pese a ello Marco se alza en
armas con 40 infantes y algunos jinetes,
todos voluntarios, siendo derrotado en Cantavieja (Teruel) el 13 de mayo por
fuerzas liberales. En esta acción, en la que fue dispersada la partida de
Marco, nuestro personaje sufrió una caída de su caballo quedando cojo nuestro
jefe carlista. Aplastada por el momento la sublevación en Aragón, Marco se
oculta en Madrid donde permaneció varios meses realizando contactos políticos,
militares y adquiriendo armas para unirse nuevamente al alzamiento.
Mientras tanto la causa carlista va
progresando; en Aragón solo había un jefe de prestigio que pudiese dar vida al
alzamiento y este era D. Manuel Marco Rodrigo conocido entre los carlistas
por “Marco de Bello”, su calidad de
veterano de la primera guerra, su compromiso con la Santa Causa , habiendo
sido elegido diputado a cortes, miembro de la asamblea de Vevey y su
distinguido origen familiar lo revestían de un inmenso prestigio que le
permitió levantar en armas a miles de voluntarios para los que, como dice Román
Oyarzun en su Historia del Carlismo, “era el amigo, padre y jefe: Todo a la
vez”. El ascendiente de Manuel Marco en la corte de Don Carlos sin duda era
merecido. Militaba en la extrema derecha del partido y a estas alturas, era
enemigo irreconciliable de Cabrera, de quien decía que no podía ser amigo de la
unidad católica cuando estaba casado con una protestante.
A su vez en el Maestrazgo comenzaron a sonar
los nombres de Cucala, Valles y Segarra.
Para describir la situación de las
tropas carlistas en este momento recurriremos otra vez a Oyarzun que nos lo
describe así: “En este momento cualquiera que hubiese anunciado una guerra
civil de más de tres años hubiese sido tratado de visionario o loco, pues tras
los desastres de Oroquieta y el convenio de Amorebieta solo quedaron en el campo
unos pocos voluntarios catalanes perseguidos sin tregua y sin embargo sólo 27
hombres que entraron por la frontera de Dancharinea en un crudo día de
Diciembre de 1872 llevaban en sí el poder de encender la hoguera de la guerra
civil, en la cual iban a arder con rojas llamaradas todas las esencias
concentradas de la lealtad y del heroísmo de las masas carlistas
vasco-navarras, catalanas, aragonesas, valencianas y castellanas”.
Pasó 1872 y el primer semestre de
1873 sin que el alzamiento terminara de adquirir ni consistencia ni fuerza ni
en Aragón ni en Valencia. Fue Marco de Bello quien vino a dársela en tierras de
Teruel.
El 9 de Octubre de 1873, se produce
el segundo alzamiento de Marco en esta guerra, tomando de nuevo las armas en
Luco de Jiloca (Teruel) al frente de una partida de 600 hombres. El gran apoyo
popular con el que contaba Marco de Bello le permitió en breve espacio de
tiempo aumentar sus tropas hasta los 2.000 voluntarios. En estos días primeros
de Octubre del 73 se le unen: D. Jose Galindo (ex diputado a Cortes y persona
de gran influencia), Calvera, Pallés y otros. Después de levantar esta
considerable fuerza, Manuel Marco dio una proclama a los aragoneses, abogando
por la unidad católica, la monarquía y los fueros y atacando al liberalismo y
el absolutismo, de los cuales ha sido siempre enemigo el carlismo.
El día 13 de Octubre entra en
Cantavieja al mando de sus tropas siendo aclamado con loco entusiasmo por la
población. Una vez allí Marco de Bello se dedicó principalmente a organizar a
sus tropas, para evitar abusos, conseguir recursos y mejorar la disciplina de
su partida. Entre las medidas organizativas que se tomaron está el nombramiento
como jefe de la intendencia militar a D. Pascual Lapuerta, quien más tarde pasó
a ser jefe de la Academia
Militar que Marco creó en Cantavieja.
Continuará ...
S. Benito
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