LA NEUROEDUCACIÓN COMO PSEUDOCIENCIA

 

El pasado 22 de agosto, Heraldo de Aragón publicaba en su edición digital una entrevista con el Catedrático de Fisiología Humana en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, Francisco Mora, dentro del ciclo "Educar para el futuro" de Ibercaja.

En esta entrevista se abordaba el tema de la neuroeducación, que trata de aprovechar el funcionamiento del cerebro para alcanzar un mejor aprendizaje, indica la noticia.

Este catedrático hace referencia dentro de la entrevista a algunos aspectos interesantes:

Muchos estudios muestran que el tiempo atencional con buen rendimiento mental de quien escucha una conferencia o al maestro oscila entre 10 y 20 minutos.

Tener una memoria explícita significa que, a partir de los 60-65 años, se habrá creado una reserva cognitiva.

Las emociones desempeñan un papel fundamental en el aprendizaje, son la naturaleza y el núcleo de toda conducta.

La curiosidad es la puerta que abre la atención en el cerebro. La atención es lo que pone en marcha la maquinaria de aprender.

El cerebro se adapta a un nuevo mundo después de estar invadido por las hormonas de la pubertad.

Las nuevas tecnologías han irrumpido en la educación. Cuanto más te equivocas, más y más sólidamente aprendes y eso está siendo interferido por la tecnología.

Solo un ser humano puede enseñar humanidad. Las palabras del maestro son una varita mágica que transforma la química del cerebro del niño.

Con fecha 26 de marzo de 2017, la edición digital del Periódico de Cataluña publicaba la siguiente noticia: "CUIDADO CON LOS MITOS DE LA NEUROEDUCACIÓN ¿Pequeños Einsteins?"

Este artículo hace mención a aspectos como “inteligencias múltiples, estilos de aprendizaje, estimulación temprana, tiempos de atención…” en calidad de expresiones que suenan como resultado de un 'tour” de visitas a guarderías, colegios e institutos, en el que los padres tienen que decidir la inscripción de sus hijos en su escuela preferida.

En esencia, esta noticia versa sobre la enorme distancia entre lo que ocurre en los laboratorios de neurociencia y lo que pasa en las aulas. Afirma que la experiencia de la pedagogía, apoyada por estadísticas y evaluaciones, aporta mucho más a la educación.

Según dicta este artículo "la neuroeducación seduce a la gente": mencionar el cerebro hace pensar en algo complejo y científico. Se ha invertido mucho dinero en la neuroeducación, pero hay pocas pruebas de que funcione y hay muchos malentendidos al respecto.

Un ejemplo de esta premisa, indica este artículo, es el experto de reconocido prestigio como Daniel Willingham, profesor de psicología cognitiva de la Universidad de Virginia y asesor de Obama, quien afirma que "los laboratorios son sencillos, porque podemos controlar todas las variables, mientras que las clases son complejas".

El caso más polémico que explica esta noticia lo encontramos en las inteligencias múltiples. Según esta teoría, no existe una sola inteligencia, sino al menos ocho o nueve (lingüística, lógico-matemática, musical…). Esta teoría fue propuesta en 1983 por el psicólogo Howard Gardner, de la Universidad de Harward, y se difundió como la pólvora. Según Anna Forés, profesora de pedagogía de la Universidad de Barcelona «No se trata de inteligencias, sino de capacidades: el cerebro no trabaja por separado, sino en conjunto».

Este artículo aborda estos aspectos como “neuro-mitos”. Así mismo, en esta noticia se plantea la siguiente pregunta: "¿Por qué, entonces, los neuro-mitos de la educación gozan de tan buena salud? ". Según Ruiz Martín, biólogo y director de la International Science Teaching Foundation de Barcelona, el error más frecuente es la extrapolación errónea de la ciencia a la pedagogía: "Que Einstein dijera metafóricamente que solo usamos el 10% del cerebro no lo convierte en una verdad incontrovertible", observa este experto en la noticia.

Tras todo lo explicado hasta el momento, según estos textos perodísticos, podemos tener en cuenta una breve conclusión al respecto: Lo "neuro" está de moda. "Es decir, el fenómeno neuro-lo-que-sea", o como algunos autores prefieren llamarlo "neurotonterías". Ahora que tanto hablamos de pseudociencias en la salud, es el momento de empezar a pedir rigor a nuestros responsables educativos, aunque viendo la guerra que dan algunos para imponer sus presupuestos ideológicos cada vez que se modifica la legislación educativa, las esperanzas son pocas.

El aragonés audaz

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