ELECCIONES, PACTOS Y ESPERANZAS


Decía el político liberal Antonio Cánovas del Castillo que “No hay más alianzas que las que trazan los intereses, ni las habrá jamás”. Sólo desde esta perspectiva de intereses individuales y partidistas puede entenderse que un presidente en funciones que ya en 2014, en referencia a posibles pactos con Podemos, que “ni antes ni después el Partido Socialista va a pactar con el populismo […] el final de populismo es la Venezuela de Chaves, la pobreza, las cartillas de racionamiento, la falta de democracia y, sobre todo la desigualdad”, y que recientemente aseguraba que “no dormiría por la noche” al no sentirse tranquilo si hubiese podemitas en el gobierno, haya tardado menos de 48 horas en aliarse con el populismo al que criticaba. Ya hace mucho que estamos acostumbrados a que aquello que se dice en campaña no tenga por qué cumplirse una vez pasadas las elecciones (¡ay cómo se añora el mandato imperativo!)

Parece que el futuro se presenta negro para España con este nuevo Frente Popular en el gobierno, y que nos quedan por delante 4 años de grandes sufrimientos. De todas formas, la suma de ambos aún no da para gobernar, y deben buscar más alianzas, necesariamente con grupos nacionalistas, entre otros. Tengo serias dudas de que el PSOE llegue a gobernar bajo el paraguas del nacionalismo catalán porque eso le supondría a largo plazo un coste electoral elevado, pero si lo hace vienen años de sufrimiento. En cualquier caso, hemos de recordar que hace escasos días Pedro Sánchez afirmaba que iba a ampliar su ley de desmemoria histórica para llevar a cabo la “ilegalización de aquellas asociaciones u organizaciones que hagan apología del franquismo” entre las que, no dudéis, pronto incluirán, aunque sea injustamente, a los grupos y asociaciones tradicionalistas. Así que, en cualquier caso, y espero equivocarme, creo que el futuro próximo se presenta algo negro para la gente de bien.

Como otro punto de análisis, tengo que decir que me da cierta alegría contenida el ascenso de Vox, porque muestra algún aspecto positivo. Tengo claro que ese partido no es la solución a los problemas de España porque es, al fin y al cabo, liberal. También es cierto que puede constituir un freno a la revolución pero, sinceramente, no se avanza por un camino a base de poner la marcha atrás y frenar de vez en cuando, y Vox sólo es ese freno en una España que camina en un sentido equivocado, y no el cambio de dirección que hace falta. Podría tratar muchos aspectos negativos de Vox (matrimonio gay, entre otros), en los que es tibio o decepcionante, pero en su ascenso hay una parte esperanzadora: ¿alguien pensaba hace tan sólo dos años que un partido que hablaba de acabar con el aborto iba a tener 3.640.063 votos? ¿a que no? Eso es, para mí, lo único ilusionante.

Carlos R.

Comentarios