Para que no se diga que no somos constructivos también los tradicionalistas tenemos algunas ideas al respecto. Agredir a una mujer por el hecho de ser mujer es una cobardía que merece ser castigada y que sería corregida en gran medida si se atendieran estas tres sugerencias:
1. Penalizar el aborto provocado. Cada año, en todo el mundo, la industria inmoral del aborto elimina la vida de millones de niños antes de nacer. Al menos el 50% son mujeres. Existen además países en los que se realizan abortos selectivos por sexo y se calcula que esta aberración ha provocado ya más de 100 millones de mujeres «perdidas». En China, por ejemplo, el número de mujeres es un 11% menor de lo que debería ser.
2. Apoyar la evangelización. Las culturas cristianas se caracterizan frente al paganismo, el Islam u otras religiones, entre otras cosas, por defender la dignidad de la mujer y protegerla así de cualquier forma de maltrato o violencia. Es en la Cristiandad donde fue consolidándose la idea de que hombre y mujer, aunque sean distintos, gozan de una misma dignidad natural. Esta convicción hizo posible el acceso de la mujer incluso a la máxima dignidad política. Históricamente ha habido muchas mujeres reinando en países cristianos. Pero ninguna mujer gobernando como emir islámico o presidenta de una república liberal.
3. Educar la caballerosidad. El igualitarismo feminista es una ideología que exige buen trato hacia la mujer al tiempo que, absurdamente, desprecia los gestos y actitudes de la caballerosidad. Si en los colegios y los medios de comunicación se educara a los niños en el máximo respeto a la feminidad, la maternidad y la mujer, es evidente que los resultados serían mejores que si lo que se inculca a los niños varones es una mentalidad hedonista, materialista, hipersexualizada e igualitarista.
Comunión Tradicionalista Carlista
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