Ante el 25 N, Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer


La Asamblea General de las Naciones Unidas acordó, en diciembre de 1999 señalar el 25 de noviembre como el «Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer». Esta jornada está marcada por las reivindicaciones de los grupos feministas que aprovechan para extender en la sociedad su ideología igualitarista y de guerra entre sexos.

Para que no se diga que no somos constructivos también los tradicionalistas tenemos algunas ideas al respecto. Agredir a una mujer por el hecho de ser mujer es una cobardía que merece ser castigada y que sería corregida en gran medida si se atendieran estas tres sugerencias:

1. Penalizar el aborto provocado. Cada año, en todo el mundo, la industria inmoral del aborto elimina la vida de millones de niños antes de nacer. Al menos el 50% son mujeres. Existen además países en los que se realizan abortos selectivos por sexo y se calcula que esta aberración ha provocado ya más de 100 millones de mujeres «perdidas». En China, por ejemplo, el número de mujeres es un 11% menor de lo que debería ser.

2. Apoyar la evangelización. Las culturas cristianas se caracterizan frente al paganismo, el Islam u otras religiones, entre otras cosas, por defender la dignidad de la mujer y protegerla así de cualquier forma de maltrato o violencia. Es en la Cristiandad donde fue consolidándose la idea de que hombre y mujer, aunque sean distintos, gozan de una misma dignidad natural. Esta convicción hizo posible el acceso de la mujer incluso a la máxima dignidad política. Históricamente ha habido muchas mujeres reinando en países cristianos. Pero ninguna mujer gobernando como emir islámico o presidenta de una república liberal.

3. Educar la caballerosidad. El igualitarismo feminista es una ideología que exige buen trato hacia la mujer al tiempo que, absurdamente, desprecia los gestos y actitudes de la caballerosidad. Si en los colegios y los medios de comunicación se educara a los niños en el máximo respeto a la feminidad, la maternidad y la mujer, es evidente que los resultados serían mejores que si lo que se inculca a los niños varones es una mentalidad hedonista, materialista, hipersexualizada e igualitarista.

Comunión Tradicionalista Carlista

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