Ha fallecido Manolo Onrubia, carlista insigne y noble
correligionario que, hasta el final de sus días, dio ejemplo de fidelidad a la
Causa manteniéndose como Presidente de la Comunión Tradicionalista Carlista de
Andalucía. Tuve el privilegio de conocerle hace casi 40 años en el Congreso
fundacional de la CTC en 1986. Era el joven que acompañaba a su padre, Don
Ángel Onrubia, otro carlista de pro de aquellos grandes hombres que demostraron
su amor por la Causa de mano de Don Manuel Fal Conde.
Para los que éramos jóvenes entonces, y arribando de
diferentes grupos carlistas, participar en ese acto fundacional fue como
embarcarse en la historia del carlismo y agarrarse al timón del barco de los
que queríamos darlo todo por una España mejor. Y Manolo fue de esos jóvenes que
aceptaron el reto. Fueron muchos los momentos compartidos en actos, congresos,
diputaciones de la CTC. En los primeros años, asistía acompañando a su padre,
aprendiendo de él el “oficio” de buen carlista.
Al fallecer su padre, él retomó la representatividad del
carlismo andaluz. Era, y es, un carlismo peculiar para los que venimos de otras
Españas, pues la alegría intrínseca de nuestros correligionarios, su devotísima
religiosidad y su entusiasmo, siempre nos contagiaban. Y entre ellos, ahí
estaba Manolo, con su porte de líder. Sabíamos de las dificultades que tenía,
como tantos de nosotros, para mantenerse a la cabeza de la representación del
carlismo andaluz. Por eso su compromiso, especialmente, en los últimos años tan
difíciles para la militancia carlista, fue especialmente ejemplar.
He tenido el honor de ser recibido por los carlistas
andaluces, dando conferencias en su local sevillano. Y puedo afirmar que
siempre estaba ahí Manolo, en primera línea; sin mostar desánimos, antes bien
trasladando la alegría y la esperanza al resto de correligionarios. Ahora está
camino del cielo, y por ello intercedemos, para el reencuentro con su padre,
que a buen seguro le recibirá con la boina calada, y con tantos y tantos que
nos han precedido. Y desde aquí le pedimos que, cuando arribe al seno del
Padre, interceda por nosotros viadores que debemos portar y transferir la
inmaculada bandera de Dios, Patria, Fueros y Rey.
¡Qué desde el cielo seas testigo del futuro triunfo de
Cristo Rey en nuestra Patria!
Javier Barraycoa
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